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Para Lectores

El futuro incierto de la OTAN: Entre la dependencia europea y la nueva estrategia de Trump

El futuro de la OTAN como alianza militar transatlántica parece cada vez más incierto, especialmente tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Las recientes declaraciones y acciones del presidente estadounidense indican un posible replanteamiento de la relación de Estados Unidos con la alianza, priorizando un acercamiento con Rusia por encima de los tradicionales lazos con Europa.

La nueva postura de Trump hacia la OTAN

El presidente Trump ha marcado un cambio significativo en su enfoque hacia la alianza militar:

  • Ha elevado su exigencia de gasto militar para los miembros de la OTAN del 2% al 5% del PIB
  • Parece priorizar las relaciones con Rusia sobre los vínculos con Europa
  • Ha pausado la ayuda militar y la entrega de datos de inteligencia a Ucrania tras un desencuentro con Zelenski

Estas acciones obedecen a una lógica de seguridad nacional estadounidense: para Trump, evitar un conflicto con Rusia (primera potencia nuclear mundial) es prioritario, ya que un enfrentamiento entre un miembro de la OTAN y Rusia podría escalar hasta amenazar el territorio continental estadounidense.

La respuesta europea: ¿Hacia la autonomía estratégica?

Ante la incertidumbre generada por la postura de Trump, Europa ha comenzado a moverse hacia una mayor autonomía en defensa:

  • Emmanuel Macron ha propuesto debatir sobre extender el paraguas nuclear francés a toda Europa
  • La Comisión Europea, liderada por Ursula von der Leyen, ha aprobado un programa de rearme que contempla movilizar cerca de 800.000 millones de euros
  • Líderes como el primer ministro británico Keir Starmer intentan formar una coalición europea para apoyar a Ucrania

Sin embargo, estas iniciativas enfrentan obstáculos significativos, principalmente la profunda dependencia militar europea de Estados Unidos.

La dependencia histórica y actual de Europa

Desde su fundación en 1949, la OTAN ha funcionado bajo un modelo en el que Estados Unidos proporciona el paraguas nuclear mientras Europa aporta tropas terrestres. Esta división del trabajo ha creado una dependencia estructural:

  • Alemania alberga aproximadamente 35.000 soldados estadounidenses
  • Reino Unido depende de sistemas de lanzamiento estadounidenses para sus armas nucleares
  • Francia, aunque más autosuficiente, depende de sistemas de alerta temprana estadounidenses
  • La disuasión nuclear, pilar de la seguridad europea, depende casi enteramente de Estados Unidos

Perspectivas de futuro: ¿Es posible una OTAN sin Estados Unidos?

A pesar de los esfuerzos europeos por aumentar su autonomía estratégica, varios factores dificultan una ruptura a corto o medio plazo:

  • El arsenal nuclear francés (290 ojivas) es insuficiente como elemento de disuasión global
  • El coste económico de crear una defensa europea independiente es prohibitivo
  • La posible integración de Ucrania a la UE podría costar 2,25 billones de euros, 13 veces el presupuesto anual europeo
  • El desarrollo de capacidades militares autónomas requeriría décadas

Conclusión: Un juego geopolítico complejo

La realidad sugiere que, más que un fin inmediato de la OTAN, estamos presenciando una reconfiguración de las relaciones transatlánticas donde:

  1. Estados Unidos presiona a Europa para aumentar su gasto en defensa (principalmente en equipamiento estadounidense)
  2. Europa intenta mostrar unidad y determinación, pero enfrenta limitaciones presupuestarias y estructurales
  3. Trump busca mejorar relaciones con Rusia mientras mantiene el control sobre la dirección estratégica europea

Esta dinámica podría resolverse de diferentes maneras según evolucionen los acontecimientos en Ucrania, las relaciones EE.UU.-Rusia, y las elecciones futuras tanto en Europa como en Estados Unidos.