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Para Lectores

Incels: La peligrosa radicalización del odio en la manósfera

En las últimas tres décadas, el fenómeno de los “incels” (célibes involuntarios) ha evolucionado de ser un grupo de apoyo a convertirse en una de las comunidades más violentas y misóginas de internet. Con el estreno de la miniserie “Adolescence” en Netflix, se reabre el debate sobre cómo debemos abordar este fenómeno: como un problema de salud mental o como una amenaza terrorista.

La manósfera y sus comunidades

Los incels son uno de los principales colectivos de la llamada “manósfera”, un ecosistema digital que incluye:

  • MGTOW (Men Going Their Own Way): Hombres que optan por vivir al margen de las relaciones con mujeres
  • PUAs (Pickup Artists): Autoproclamados expertos en seducción
  • MDH (Movimiento por los Derechos de los Hombres): Enfocados en problemáticas masculinas, algunos con argumentos válidos

Mientras algunas de estas comunidades plantean temas legítimos, los incels representan el extremo más radical y preocupante del espectro.

El lenguaje incel: Deshumanización codificada

Los incels han desarrollado un vocabulario propio que revela su ideología:

  • Subcategorías de incels: “Height-cels” (bajos), “baldcels” (calvos), “skull-cels” (por estructura craneal), clasificaciones raciales (“blackcells”, “currycells”, “ricecells”)
  • Términos para mujeres: “Femoids” o “foids” (humanoides femeninas), “Stacy” (mujer atractiva), “Becky” (mujer menos atractiva), “Roasties” (mujeres sexualmente activas)
  • Términos para hombres: “Chad” (hombre atractivo), “Normie” (hombre promedio), “Cuck” (aliado feminista)

Esta jerga sirve para deshumanizar a las mujeres y reforzar su visión distorsionada del mundo.

Evolución del movimiento incel

El término “incel” fue acuñado en los años 90 por una mujer identificada como Alana, quien buscaba crear un espacio de apoyo para personas con dificultades para encontrar pareja. Sin embargo, la comunidad pronto fue secuestrada por hombres que culpaban a las mujeres y al feminismo de su situación.

La narrativa central de los incels se basa en una revisión histórica distorsionada:

  1. En el pasado, según ellos, todos los hombres (incluso los “feos”) conseguían pareja
  2. El feminismo “arruinó” este sistema al dar a las mujeres autonomía para elegir
  3. Ahora, las mujeres solo escogen al “20% superior” de hombres atractivos

Esta teoría, conocida como la “regla 80/20” (basada en una aplicación incorrecta del principio de Pareto), carece de respaldo empírico pero es considerada dogma entre los incels.

La radicalización y sus causas

La radicalización de los incels se produce por varios factores:

  • Aislamiento digital: Las comunidades online se agrupan por ideología, no por proximidad geográfica, lo que refuerza creencias extremas
  • Cámaras de eco: Al consumir únicamente contenido que confirma sus sesgos, normalizan ideas violentas
  • Narrativa victimista: Creen firmemente que la sociedad los castiga por su apariencia
  • La “blackpill”: La creencia fatalista de que su situación nunca cambiará

Los foros de incels no solo proporcionan un sentido de pertenencia, sino que magnifican el odio, normalizando expresiones de violencia extrema contra mujeres, niños y otros hombres bajo el pretexto de “humor negro”.

La conexión con el terrorismo

Esta radicalización ha derivado en actos violentos que algunos expertos califican como terrorismo:

  • Elliot Rodger (2014): Asesinó a seis personas en Isla Vista, California
  • Alek Minassian (2018): Mató a 10 personas con una furgoneta en Toronto
  • Jake Davison (2021): Asesinó a cinco personas en Plymouth, Inglaterra

Según Laura Bates, autora de “Los hombres que odian a las mujeres”, hasta 2023 se contabilizaban 118 víctimas (50 mortales) en ataques vinculados a incels. Estos perpetradores son venerados como “santos” en la comunidad incel.

Abordajes y soluciones

El dilema sobre cómo abordar el problema de los incels persiste:

  • Enfoque penal: Algunos países como Canadá han clasificado ciertos ataques incels como terrorismo, pero las medidas se han demostrado insuficientes y reactivas
  • Enfoque de salud mental: Abordar la problemática desde la prevención, ofreciendo apoyo psicológico y acompañamiento
  • Iniciativas como “Exiting Inceldom”: Grupos de apoyo formados principalmente por mujeres que buscan ayudar a personas que se identifican como incels antes de que se radicalicen

La serie “Adolescence” plantea precisamente esta disyuntiva: la falta de herramientas sociales para detectar y prevenir la radicalización, especialmente en jóvenes vulnerables expuestos a estas comunidades en internet sin acompañamiento adecuado.

El fenómeno incel representa un desafío complejo para la sociedad actual. Aunque condenar los actos violentos es indiscutible, solo abordando las raíces del problema —aislamiento social, crisis de masculinidad, salud mental— podremos prevenir futuras tragedias. Esto requiere un enfoque integral que reconozca tanto el peligro que representan como las vulnerabilidades que explotan estos grupos para su reclutamiento y radicalización.