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Para Lectores

Las Peores Adaptaciones de Videojuegos al Cine

Las adaptaciones de videojuegos al cine han tenido una historia complicada. Aunque actualmente vivimos en lo que podría considerarse una “era dorada” de estas adaptaciones, el camino ha estado plagado de fracasos que durante años hicieron pensar que era imposible trasladar exitosamente un videojuego a la pantalla grande. A continuación, se presenta un análisis de las adaptaciones más desafortunadas de la historia del cine, examinando por qué fallaron y qué lecciones pueden extraerse de estos tropiezos.

Adaptaciones Recientes con Problemas

Uncharted (2022)

La película protagonizada por Tom Holland como Nathan Drake y Mark Wahlberg como Victor Sullivan fue criticada principalmente por su casting, que no lograba capturar la esencia de los personajes del videojuego. A pesar de situarse en una época donde las adaptaciones de videojuegos estaban mejorando, Uncharted pareció anclada en las fórmulas genéricas de principios de los 2000. Al intentar ser una precuela, la película perdió la verosimilitud y conexión emocional que caracteriza al juego de Naughty Dog. Las secuencias de acción, elemento distintivo del videojuego, resultaron en un despliegue de efectos especiales de dudosa calidad.

Borderlands (2023)

Una de las adaptaciones más desastrosa en tiempos recientes, Borderlands costó a Lionsgate aproximadamente 115 millones de dólares. El director Eli Roth, más conocido por su trabajo en películas de terror, no logró trasladar el estilo único del videojuego a la pantalla. La película intentó mezclar elementos de los tres juegos principales de forma incoherente, con un humor juvenil fuera de lugar y efectos visuales cuestionables. El resultado fue una película que no satisfizo ni a los fans de la saga ni al público general.

Adaptaciones de la Era Difícil (1990s – 2010s)

El Príncipe de Persia (2010)

Con Jake Gyllenhaal como protagonista, esta película falló en representar la esencia del juego. El concepto fundamental del juego —un príncipe que manipula el tiempo mediante una daga mágica— apenas se utilizó en la cinta. La película evitó los elementos dramáticos del videojuego en favor de un tono más ligero y cliché, similar a franquicias como “La Momia” o “Piratas del Caribe”, resultando en un producto olvidable.

Assassin’s Creed (2016)

A pesar de contar con Michael Fassbender como protagonista y Justin Kurzel en la dirección (quien había realizado una adaptación competente de “Macbeth”), la película resultó ser no solo mala sino también tremendamente aburrida. En lugar de centrarse en las emocionantes secuencias de parkour en escenarios históricos (como hace el juego), la película dedicó demasiado tiempo a las escenas en el presente, con diálogos tediosos en ambientes visualmente estériles.

DOA: Dead or Alive (2006)

Esta adaptación falló en capturar el tono del videojuego, convirtiéndose en un producto ridículo pero no intencionalmente divertido. La historia, sobre un torneo de artes marciales donde el organizador busca robar las habilidades de los participantes, se presentó con secuencias de acción burdas y un enfoque en el aspecto sexual que resultaba vergonzoso en formato live-action.

Las Adaptaciones Más Infames

Super Mario Bros (1993)

Una de las primeras grandes adaptaciones fallidas, la película tomó una saga colorida y divertida y la transformó en una visión oscura y distópica más cercana a “Blade Runner” que al videojuego. Con un presupuesto de 48 millones de dólares, solo recaudó 38.9 millones, convirtiéndola en un ejemplo de lo que no debe hacerse. Durante años, fue el referente negativo por excelencia de las adaptaciones de videojuegos.

Street Fighter (1994)

A pesar de contar con Jean-Claude Van Damme, la película fracasó por su incapacidad para trasladar las intensas peleas del videojuego a la pantalla. Las secuencias de acción resultaron poco convincentes, contradiciendo la premisa fundamental del juego. El único aspecto rescatable fue la actuación de Raúl Juliá (en uno de sus últimos trabajos), quien interpretó al villano M. Bison.

Resident Evil: Welcome to Raccoon City (2021)

Tras la saga protagonizada por Milla Jovovich, esta nueva adaptación prometía ser más fiel a los videojuegos. Sin embargo, la ambición de combinar los dos primeros juegos en una sola película resultó en una trama confusa donde ningún personaje tiene suficiente desarrollo. La interpretación de Leon Kennedy como un personaje torpe e inútil fue particularmente criticada, al igual que el evidente bajo presupuesto que hizo que pareciera una producción directa a DVD.

Doom (2005)

La película protagonizada por Dwayne “The Rock” Johnson cometió el error de cambiar la premisa fundamental: en lugar de demonios provenientes del infierno, presentó mutaciones genéticas. Esta alteración elimina lo que hace especial al juego, reemplazándolo con monstruos genéricos y escenas de acción poco memorables. La película intentó congraciarse con los fans mediante una breve secuencia en primera persona (POV), pero no fue suficiente para compensar las deficiencias.

Tekken (2010)

Esta adaptación falló al crear un mundo realista y sombrío cuando el videojuego se caracteriza por ser exagerado y lleno de personajes extravagantes (como pandas peleadores). Jin, el protagonista, es despojado de sus poderes sobrenaturales, y villanos carismáticos como Heihachi Mishima se convierten en personajes aburridos y sin carisma.

Hitman: Agent 47 (2015)

La segunda adaptación de la franquicia resultó un fracaso tanto en taquilla como en crítica. La película ignoró lo que hace especial al juego (escabullirse, disfrazarse y asesinar sigilosamente) para presentar una película de acción genérica llena de tiroteos. El protagonista ni siquiera logra capturar la imagen distintiva del “Agente 47” del videojuego.

El Fondo del Barril

Alone in the Dark (2005)

Dirigida por Uwe Boll, considerado uno de los peores directores de la historia del cine, esta película tiene un 1% de aprobación en Rotten Tomatoes. El juego original, un survival horror inspirado en H.P. Lovecraft con atmósfera oscura y resolución de puzzles, fue transformado en una película de acción exagerada con elementos de espionaje, perdiendo completamente la esencia del material original.

House of the Dead (2003)

Otra creación de Uwe Boll, esta película alcanzó solo un 3% de aprobación en Rotten Tomatoes. La adaptación convirtió un juego de acción intensa contra criaturas sobrenaturales en una película de terror adolescente genérica. La calidad de producción era tan baja que incluso incluía clips del videojuego insertados aleatoriamente, como para recordar al espectador que se trataba de una adaptación.

Mortal Kombat: Annihilation (1997)

Secuela de la primera adaptación de Mortal Kombat, esta película fue tan mala que casi ningún actor del reparto original regresó. Con una premisa confusa, efectos especiales horribles y peleas poco convincentes, la película traicionó lo que hacía especial a la franquicia: sus icónicos y violentos “fatalities”, reemplazándolos con choreografías poco impactantes.

Monster Hunter (2020)

Dirigida por Paul W.S. Anderson y protagonizada por Milla Jovovich, esta adaptación falló al introducir militares (personajes que no existen en el juego) a un mundo de fantasía. En lugar de centrarse en la cacería de monstruos, la película se convirtió en otro vehículo para Jovovich como heroína central, repitiendo la fórmula gastada de la saga Resident Evil.

Max Payne (2008)

Con Mark Wahlberg como protagonista (quien admitió nunca haber jugado el juego), esta adaptación perdió la esencia noir del videojuego. El elemento distintivo del juego, el “Bullet Time” que ralentiza el tiempo para permitir disparos precisos, apenas se utilizó en la película. El resultado fue una producción que intentaba ser seria pero resultaba ridícula, con una fotografía de alto contraste que no lograba disimular su vacuidad.

Silent Hill: Revelation (2012)

A diferencia de la primera adaptación de Silent Hill (2006), que capturaba algo de la atmósfera del juego, esta secuela se convirtió en una película de terror genérica con sobresaltos predecibles. Al intentar explicar demasiado el mundo misterioso de Silent Hill, la película perdió lo que hacía especial a la saga: el aura de misterio y lo inexplicable.

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Estas adaptaciones fallidas comparten errores comunes: no entender la esencia de los videojuegos que adaptan, cambiar elementos fundamentales de las historias, confiar en efectos especiales por encima de una narrativa coherente, y subestimar la inteligencia de la audiencia. La buena noticia es que la industria parece estar aprendiendo de estos errores, ya que las adaptaciones recientes han mejorado significativamente en calidad y fidelidad.