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Para Lectores

Lo que realmente duele no es el dolor

No duele la columna, duelen las cargas.

No duele la cabeza, duelen lo pensamientos.

No duelen los ojos, duele la injusticia.

No duele la garganta, duele lo que no se expresa.

No duele el estómago, duele lo que no quieres aceptar.

No duelen las rodillas, duele lo que no quiero doblegar.

No duele el higado, duele la ira contenida.

No duele el corazón, duele la ausencia de amor.

Y es precisamente el amor mismo lo que contiene la más poderosa medicina.

Empezar a amarte es empezar a sanar