En mi opinión, las personas que comienzan un Proceso de Mejoramiento o Desarrollo Personal desde el sufrimiento y la desesperación, sin instrucciones precisas y arrastrando una retahíla de miedos, con inseguridades, del todo desconcertados y perdidos, con una voluntad ansiosa y agobiada por querer hacer cambios en su vida, pero con el lastre de la inexperiencia y el desconocimiento, suelen presentar un error importante en su planteamiento: quieren TODOS los cambios que necesitan y los quieren YA.
Y eso no puede ser.
“Un viaje de mil millas comienza con un paso”. Todos hemos escuchado una frase similar a esta y sabemos que es cierta, pero… en los momentos en que nos agobia el ansia de querer salir de la situación ingrata en la que estamos sólo pensamos en llegar al final urgentemente. También hemos oído que “la felicidad –o el éxito o el placer- no está en la meta sino en el camino”. Pero en esos momentos esto es más difícil de entender.
El Proceso de Mejoramiento o Desarrollo Personal requiere que se den todos los pasos sin tratar de evitar ninguno, por doloroso o desagradable que sea –y habrá muchos de estos-, requiere que cada cosa que se aprenda sea sólida y que se dan pasos seguros para no tener que volver atrás para recomenzar el camino. Requiere que se le dé el tiempo que necesita. La prisa no es una buena aliada.
A quien comience le aviso que no va a ser fácil pero tampoco imposible, que no siempre es agradable pero siempre es enriquecedor, que al principio hay más preguntas que respuestas, que habrá caídas y recaídas y hay que salir indemne de cada una de ellas, levantarse con un ánimo intacto, aprender lo que haya que aprender… y seguir.
Los primeros pasos son lentos y el avance apenas es perceptible. No suele haber resultados espectaculares, descubrimientos asombrosos, ni uno se ve crecer a cada instante. Repito: hay que respetar los tiempos. La velocidad no es buena, sólo provoca accidentes.
Todos y cada uno de los pequeños pasos que se dan son GRANDES PASOS. TODOS SON GRANDES. El más aparentemente insignificante tiene su valía.
Interesa no permitir que la prisa y la desesperación impongan sus criterios. Es mejor que no haya una evaluación constante y desesperada de lo que se ha avanzado porque siempre va a parecer que es poco. A partir de que uno ya ha dado varios pasos todo empieza a acelerarse. Cuando uno aprende las primeras letras siempre va lento; cuando empieza a juntarlas para formar sílabas y las lee ya empieza a coger velocidad, a pesar de la torpeza todavía vigente –y de que no todas las sílabas son comprensibles por sí mismas y necesitan que se conozcan otras sílabas que parecen inconexas pero que adquieren sentido al juntarlas con otras-; cuando uno sabe leer bien, lee rápido y de corrido y, además, comprendiendo lo que lee.
En el Proceso pasa lo mismo: lo importante es aprender cada día una letra, que es un pequeño paso, y a medida que ellas se vayan juntado se irá comprendiendo el sentido de cada palabra que formen y cuando se reúnan varias palabras y construyan una frase o muchas frases… uno comprenderá el sentido de haber comenzado con simples letras que por sí mismas parecían no aportar algo.
En el camino del Mejoramiento Personal hay que dar todos los días un paso. Por lo menos un paso.
Se requiere una disciplina que no se rinda jamás, una voluntad que sea un grito implacable que no se pueda acallar más que aplicando esa voluntad, un interés potente que no se rinda, unas ganas y una fuerza que se renueven a cada instante.
Y se requiere Amor Propio, dignidad, y también reconocerse orgullosamente el mérito y el valor de cada paso, de cada descubrimiento, de cada acto de valentía que uno aplica cuando se da un pequeño gran paso, y que la propia Autoestima se dé por enterada de los logros. Esto último es MUY IMPORTANTE. Hay que reconocerse los méritos y apreciarlos y valorarlos y nada de restarle importancia.
El camino ha de hacerse agarrado de la mano de la propia fe en uno mismo, y no soltarse nunca y menos que nunca cuando se atraviese un mal momento, un decaimiento, una sensación de pérdida o desesperación: es ahí, más que en otros momentos, cuando uno se necesita íntegro y con la mirada hacia adelante y nunca hacia atrás.
El camino de los pequeños grandes pasos es un camino que te gustará más cuando no mires sólo los obstáculos, y mires a los lados y al cielo para ver las maravillas que también te acompañarán.
No te desanimes nunca, no decaigas jamás.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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