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Para Lectores

Somos más inteligentes que nuestros padres y menos que nuestros hijos

“Somos testigos de un renacimiento cultural demasiado grande, que no debemos dejar pasar”.

James Flynn

Para la mayoría de los padres existe la percepción de que sus hijos son muy aventajados para la edad que tienen, sobre todo por demostrar ciertas habilidades a temprana edad. Lo cierto es, que cada vez es más fácil percatarse de esta realidad en la medida que convivimos con ellos y observamos su desarrollo personal.

Un profesor investigador de la universidad de Otago, en Nueva Zelandia, llamado James Flynn, decidió hacer una investigación exploratoria para conocer científicamente a que se debe esta condición. Flynn tomo los resultados de las evaluaciones psicométricas del coeficiente de inteligencia (CI) de varias generaciones, y pudo descubrir por un lado que en lo que respecta al pensamiento lógico-matemático y a la lectura-escritura los resultados eran similares. No obstante, lo que sí pudo apreciar es que en el transcurrir del tiempo, las nuevas generaciones tienden a desarrollar una mayor capacidad intelectual para resolver problemas cada vez más abstractos. Este fenómeno es conocido como el “efecto Flynn”.

El efecto Flynn viene a establecer que ni la genética ni la alimentación son determinantes para medir la inteligencia. Más bien son las condiciones ambientales las que influyen en ella. La mejora de la calidad de la educación, la formación centrada ahora en el estudiante y el acceso a la información y a la comunicación inciden en un mejor aprendizaje. En pocas palabras, hemos cambiado nuestra dieta mental.

Si ven el nivel de exposición a estos medios que tiene un niño de apenas 10 años, hoy día es mucho más rico. Tienen acceso a internet, mensajería instantánea, la televisión y las redes sociales. Esta exposición les permite desarrollar habilidades que no son conocimientos puramente técnicos, sino más bien desarrollan capacidades de un sistema cada vez más complejo que les ayuda a comprender las reglas y los principios generales para resolver situaciones reales.

Para explicar este principio tengo una anécdota personal que contarles. Mi hija de 10 años, me dice hace unos meses que ha comenzado a realizar un negocio de venta de perfumes. Ella vierte perfume en pequeños frasquitos y los vende a sus amigas del colegio a RD$50.00 pesos. Entonces, le pregunté cuánto se ha ganado desde que inició esta empresa. Ella me contesta que hasta ahora nada, porque no ve justo tener ganancias a costa de sus compañeras. Entonces le explico que en todos los negocios hay que vender más caro de lo que se compra, para tener un margen de beneficio.

Al cabo de unas semanas, me informa que ya ha tenido ganancias y yo como padre al fin muy orgulloso le pregunto a qué precio ha vendido, a lo que me responde; no, he vendido al mismo precio que antes, solo que ahora lleno los frasquitos con la mitad de agua.

Lo fundamental en la construcción del conocimiento, es que los individuos aprendan las reglas universales que adquieren a partir del aprendizaje, para aplicarlas en la solución de problemas similares. Lo que esto implica es la manera como los individuos hoy día en pleno siglo XXI, extrapolan los principios y buscan distintas maneras para resolver determinadas situaciones.

Finalmente, lo que yo aspiro, como padre, es ver a mis hijas en el futuro desarrollar mejores destrezas y capacidades que las mías, pero sobre todo que aprendan a hacer negocios más lícitos!!!.

Flynn, James (2007). What is Intelligence?, Cambridge University Press, USA.