A mí.
A mí también me han dicho si “fueras delgada serías más guapa”, (soy hermosa joder).
También me ha morado mal mi suegra al conocerme “porque soy demasiado gorda para su hijo”, (pero el me ama).
A mí también me han mirado por ir en bikini en la playa, (divina me veía).
También me han dicho “que no tengo buena presencia”, (así que me aleje de ahí).
A mí también me han dicho que no tienen nada para mí en una tienda, (camine más y encontré).
También me han cedido el asiento en el autobús, (no lo tome como insulto).
A mí también me han mirado mal por llevar ropa apretada, (si me gusta me lo pongo).
También me han dicho que soy muy guapa de cara, (mi mayor atributo).
A mí también me han dicho que no puedo montarme en esa atracción, (me voy a otra).
También me ha dicho mi madre que estoy demasiado gorda para ponerme un vestido, (aún así me lo puse y me vi preciosa).
Y puedo seguir…
Pero hoy decido hacer oídos sordos a quien con palabras me quiere ver herida.
Para que con mis acciones yo misma me sienta querida.
Es cuestión de actitud.
#Bc, Anónimo (Si conoces la autora, favor hacernoslo llegar para darle los créditos de lugar)
Quien quiere ayudar, no critica ni insulta, se sienta contigo a darte razones, quiza, si nos enfocaramos menos en criticar al que está en sobrepeso, entenderiamos los problemas y conflictos internos por los que pasa cada quien y si bien es cierto que la comida no arregla nada y por el contrario, empeora las cosas,